Entendiendo que la fama de los Hermanos Peralta, no solo se transmite en el boca a boca, sino también a través de campañas publicitarias, donde sus auspiciadores son partner de trabajo que hacen posible conseguir sus sueños, hace un mes fui testigo de la forma de trabajo de Raúl y Gabo. Eran sólo dos, pero parecía que era un ejercito de Peraltas, preocupados de cada detalle, de cada elemento y posición que podía sumar a esta sesión fotográfica. En un país de creadores y soñadores, es interesante cómo dos hermanos son capaces de estar tan sintonizados, tan unidos en torno a una creación llena de adrenalina y movimiento. Una vez que partió la jornada pensábamos que sería muy corta, pero para sorpresa de todo el equipo técnico, nos encontramos con dos profesionales de la danza y de la imagen. Involucrados en la toma, en la iluminación y por supuesto en la selección. En toda la jornada, les debo marcar el tiempo para descansar y revisar material; si no lo hago, siguen de largo como si no se cansaran, como si el tiempo de detuviera tras la cámara.
Sin duda un acierto para los primeros días de Septiembre. Queda en deuda fotografiarlos sobre el escenario, donde realmente no se puede repetir las tomas.